Juan Carlos Calvo

Donde otros huyen,
yo entro
¿Propiedades con problemas?
Bienvenido al rescate. Deudas, embargos, herencias bloqueadas…
Mientras muchos ven problemas, yo veo oportunidades. ¿Quieres saber cómo?

Sumérgete en lo que nadie quiere tocar
Me meto donde otros no quieren ni asomarse: propiedades con líos legales y financieros. Aquí no hay trucos, solo estrategia y experiencia.
Con más de diez años navegando entre servicers y fondos de inversión en Aragón, Cataluña y más allá, he cerrado tratos que parecían imposibles. ¿La clave? Negociar, vender y liberar.
¿Por qué elegir a Juan Carlos?
Porque sé lo que es estar perdido. Yo también estuve en el fondo del pozo. Ahora, con los pies en la tierra, te ayudo a salir. Sin rodeos, sin humo, solo soluciones reales.
Me gusta hacerlo claro: si tienes dudas, las aclaro. Si tienes miedo, lo enfrentamos juntos. ¿Quieres delegar? Aquí estoy, listo para actuar.

La diferencia está en el estilo Directo. Cercano. Sin complicaciones. Sin jerga legal que te haga huir.
Porque resolver problemas no es solo cuestión de conocimiento, es cuestión de actitud. Y la mía es: manos a la obra, sin miedo al barro.
¿Qué hago exactamente?

“Meterse donde otros no quieren” no es solo una frase
Es mi día a día. Mientras otros se quejan o miran para otro lado, yo buceo en lo complicado. Porque ahí es donde encuentro las salidas que otros no ven.
Trabajo con propietarios y fondos, siempre buscando la mejor salida para todos.
¿Quieres conocer mi forma de trabajar? Descubre cómo lo hacemos.
Un poco más que un profesional
Fuera del barro jurídico, me encontrarás con un café en mano y sufriendo por el Atleti. Porque en la vida, también hay pasión y humor. Y eso se nota en cada negociación.
Testimonios
Carlos P. (Valencia)
Vendí mi parte de la casa sin tener que hablar con mi ex
Mi ex pareja y yo heredamos un piso en Valencia. Después del divorcio, aquello se convirtió en un campo de minas: ni hablábamos, ni arreglábamos nada, ni queríamos compartir la venta. Yo quería vender mi parte, ella decía que no.
Juan Carlos me explicó que sí se podía, que la ley me amparaba. Me hizo una oferta clara, se ocupó de todo y en menos de un mes, mi parte era historia. Cobré, respiré y me fui de viaje. Nunca pensé que vender sin acuerdo fuese posible… hasta que lo hice.
Esther L. (Zaragoza)
Herencia imposible vendida en 15 días
Éramos cinco primos, dos viviendo fuera, uno desaparecido, un piso sin reformar y ocupas desde hacía un año. Nadie se ponía de acuerdo, todo estaba parado.
Juan Carlos nos compró nuestras partes, una por una, con paciencia, explicando cada paso. Ni juzgado, ni discusiones, ni papeles infinitos. Un profesional que no solo resuelve, sino que te devuelve la esperanza. Al final, todos contentos. Hasta el que no aparecía.
Óscar Z. (Madrid, asset manager)
Con él, las operaciones difíciles dejan de serlo
Trabajamos con portfolios que parecen imposibles de colocar. Cuando hay alguien como Juan Carlos en el otro lado, todo cambia. Detecta valor donde otros solo ven lío, y lo convierte en acuerdo viable.
Nunca viene con demandas absurdas ni promesas vacías. Viene con Excel, análisis y acción. Lo recomiendo a cualquiera que trabaje con NPL o adjudicados con conflictos.
Beatriz T. (Abogada de familia)
Un aliado silencioso en cada divorcio complicado
Cuando tengo un cliente con un piso compartido, una hipoteca impagada y dos personas que no se soportan, ya sé qué hacer: llamo a Juan Carlos.
No discute. No entra al barro. Ofrece una salida, la explica y la firma. En muchos divorcios, ha sido la única paz que ha existido en todo el proceso.
Antonio J. (Barcelona)
Cuando el fondo me embargaba, él me salvó los muebles y la dignidad
Me quedaban tres meses para el desahucio. El banco ya había vendido la deuda a un fondo que ni contestaba. Yo ya estaba vendiendo los electrodomésticos en Wallapop.
Juan Carlos apareció como una aparición. Negoció con el fondo, sacó una quita, y conseguí vender antes del lanzamiento. Hoy no tengo casa, pero tengo vida. Y no le debo nada a nadie. Eso no tiene precio.
Cristina R. (Teruel)
Un pueblo, un piso vacío y una solución que no esperaba
Tenía la mitad de un piso en Teruel. No se vendía. Nadie lo quería. Estaba cerrado desde 2003. Juan Carlos no solo me lo compró: me lo pagó rápido y sin historias.
Cuando le dije ‘pero si ni hay ascensor’, me respondió: ‘Eso se resuelve, lo importante es que tú descanses’. Me hizo llorar. Pero de alivio.
Mario F. (Banca)
Limpia operaciones que llevan años encalladas
Hay casos que huelen a cerrado, pero cuando entra Juan Carlos, el aire cambia. Llama, propone, firma. Es directo, formal y no busca el show. Solo soluciones.
En cada expediente difícil, cuando veo su nombre, respiro. Porque sé que ese expediente va a salir adelante.
Nuria C. (Girona)
Heredé deudas, no casas y salí con vida gracias a él
Una herencia con más cargas que valor. Yo solo quería renunciar, pero el notario me dijo que ya estaba todo inscrito. Estaba atrapada.
Juan Carlos me ofreció comprar su parte, asumir las gestiones y hasta cubrir parte de los gastos. Hoy no tengo herencia, pero tampoco tengo pesadillas. ¿Qué más se puede pedir?
Raquel D. (Huesca)
De ejecución hipotecaria a segunda oportunidad
La casa me la comía. El banco no quería saber nada. Yo ya tenía el cartel de desahucio en la cabeza.
Juan Carlos negoció, detuvo el proceso y me ayudó a vender con acuerdo. Ni fondo, ni juzgado, ni insultos. Solo soluciones. Nunca había sentido tanta paz al perder algo. Porque lo que gané fue libertad.
Laura V. (Administradora de fincas en Zaragoza)
Con él, las comunidades respiran
Un vecino con deuda eterna, un piso en disputa, problemas con la comunidad… Hasta que lo llamé a él.
En una semana, el piso cambió de manos, la comunidad cobró y los vecinos me invitaron a café. Si fuera por mí, tendría despacho en cada edificio.
Lucía G. (Madrid)
Vendí mi parte de un piso okupado sin despeinarme
Tenía el 50 % de un piso heredado en Madrid. El otro 50 % era de un primo con el que no hablo desde la comunión de mi hermana. Para rematar, el piso estaba okupado desde hacía un año. Nadie quería ni oír hablar de esa situación. Me decían que era invendible.
Juan Carlos lo miró, me llamó al día siguiente y me dijo: ‘No es tan grave, Lucía. Esto se arregla.’ Me explicó cómo funcionaba lo del proindiviso, lo de que no hacía falta el consentimiento del otro, me hizo una oferta seria y cerramos en menos de tres semanas.
Lo que más me gustó no fue solo vender mi parte. Fue que me habló con respeto, sin tecnicismos para marearme, y con una solución que parecía magia. Hoy sigo con él en contacto. Y lo recomiendo cada vez que alguien dice ‘es que esto no tiene solución’. Porque si Juan Carlos no lo soluciona… es que no se puede.
David M. (Asset Manager en servicer)
Es de los pocos que entienden los dos lados de la negociación
Trabajo gestionando activos problemáticos de una cartera NPL. Os aseguro que he visto de todo: mediadores que prometen el oro y luego no mueven un papel, vendedores que no entienden su propia situación jurídica y ofertas surrealistas.
Juan Carlos Calvo es otra liga. Desde el primer contacto, sabes que entiende el proceso. Habla claro, da plazos realistas y no va con rodeos. Con él he cerrado varias operaciones de ventas parciales, cesiones de remate y cancelaciones anticipadas con arreglo extrajudicial.
Lo mejor es que no vende fantasías, ni se pone del lado del conflicto. Se enfoca en resolver. Y cuando aparece en una operación, todos sabemos que el asunto deja de estar encallado. Ojalá más mediadores con su perfil y forma de trabajar.
Pilar J. (Zaragoza)
Pensé que estaba atrapada, pero salí del fondo
Compré un piso en Zaragoza con toda mi ilusión, pero la vida se torció: un ERE, una separación y una comunidad con más derramas que vecinos. La hipoteca se me comía. El banco ya no contestaba. Me levantaba cada día con miedo al cartero.
Encontré salirdelfondo.es buscando desesperada en Google: ‘cómo evitar un embargo sin abogado’. Pensé que era otro vendehumo más, pero algo me hizo escribirle. Me contestó en el mismo día. Me explicó mis opciones, sin edulcorar, pero también sin asustarme.
Al final vendí el piso con su ayuda. Me quitó la hipoteca, me libré de la deuda y, sobre todo, volví a dormir tranquila. No lo olvidaré nunca. Hay gente que te cambia la vida. Juan Carlos fue una de esas personas.