Cuando un banco o un fondo de inversión se encuentra con una propiedad en impago, no es que el director se eche las manos a la cabeza y exclame: “¡Otra casa para mí, qué suerte!”. Más bien se tiran los pelos y piensan: “¿Y ahora qué hacemos con este piso en el quinto pino de la Costa Brava?”. Por eso, en vez de quedarse con el inmueble, prefieren decirle adiós y vender el crédito. ¿La razón? Es mucho más sencillo, y además, vender deudas está de moda.
El caso de las zonas turísticas más afectadas
Todos recordamos el boom inmobiliario como esa fiesta en la que parecía que nunca iba a faltar champán. Zonas como las costas de Girona, Tarragona, Cantabria, Castellón y Huesca estaban repletas de grúas y promotoras. Las Cajas de Ahorros, por su parte, parecían esos amigos generosos que invitan a todos a una ronda de hipotecas sin pensar en la cuenta final. Luego llegó la resaca: la burbuja explotó y los bancos y cajas acabaron con una montaña de propiedades y deudas.
Cajas de ahorro que marcaron época (y luego desaparecieron)
¿Te acuerdas de aquellas cajas que parecían omnipresentes? Como si cada esquina de la playa tuviera una sucursal. Algunas de ellas fueron tan protagonistas de la burbuja como el sol y la arena:
- Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) – Muy activa en Castellón, la CAM era como ese amigo que invitaba a todos, pero que terminó pidiendo prestado para pagar la ronda. Fue absorbida por el Sabadell en 2011.
- Caixa Catalunya – Con presencia en Tarragona y Girona, Caixa Catalunya creía que todo el mundo debía tener su casita cerca de la playa. Hoy, ya forma parte del BBVA.
- Caja Cantabria – Esta caja financiaba sueños de veranos en Cantabria. Hoy, ya es parte de Unicaja.
- Caja Inmaculada (CAI) – Si vivías en Aragón, seguro que CAI te financiaba tu piso en la montaña. Hoy, bajo el paraguas de Ibercaja.
Entonces, ¿por qué prefieren pasar el crédito?
Porque meterse a gestionar inmuebles es como adoptar un gatito que viene con diez años de facturas veterinarias. No es nada divertido. Aquí las razones clave:
- Costes de mantenimiento: ¿Te imaginas a un banquero subiendo a cambiar el tejado o lidiando con un fontanero en pleno agosto? Mejor vender la deuda y olvidarse de ese «pisito» en la playa que necesita reforma.
- Liquidez inmediata: Vender el crédito es como llevar esos pantalones que no te pones al rastro. Puede que no saques lo que esperabas, pero al menos te deshaces del problema y te llevas algo al bolsillo.
- Evitar riesgos legales y administrativos: Las propiedades, sobre todo en zonas turísticas, pueden tener más líos que una película de juicios. Si están ocupadas o con problemas legales, mejor que otro se encargue.
- Especialización: Los bancos son buenos con los números, pero no tanto con los ladrillos. Por eso, los servicers están ahí para encargarse de los inmuebles.
La lógica de los fondos y servicers
Los fondos que compran deudas tampoco se dedican a coleccionar propiedades como si fueran cromos. Les interesa el rendimiento financiero, no hacer turismo inmobiliario. Prefieren negociar con el deudor y obtener su rentabilidad sin quedarse con una propiedad que luego tendrán que gestionar.
Los mitos sobre los fondos y las subastas
Y aquí vienen los bulos más clásicos que nos hemos encontrado sobre los fondos y las subastas:
- “Los fondos compran las deudas por una miseria”: Bueno, a veces sí y a veces no, pero lo que es seguro es que ni de lejos se acercan al valor del inmueble. ¡Que no son ONG!
- “Es fácil adjudicarse un inmueble en subasta por cuatro duros”: Ajá, y también puedes comprar una mansión en Tarragona por el precio de un café. Lo cierto es que en las zonas turísticas las subastas suelen ser un campo de batalla, y si crees que vas a conseguir una ganga, mejor vete preparado.
Lista de bulos sobre los servicers
A veces los servicers tienen peor fama que los villanos de una película de superhéroes, pero la verdad es que no son tan malos como pintan:
- “Los servicers están aquí para arruinarte la vida”: En realidad, están más interesados en negociar que en sacarte a empujones de tu casa.
- “Te quitan el inmueble por un euro”: Si fuera tan fácil, todos tendríamos un chalé en la Costa Brava comprado en subasta.
Conclusión: ¿Esperar al juzgado? ¡Error!
Hay quienes creen que dejar que el tema se resuelva en los tribunales es la mejor opción. Error garrafal. Dejar que el asunto llegue a juicio significa que vas a estar más tiempo en el juzgado que en la playa de Lloret de Mar. Mientras tanto, la deuda sigue creciendo, los gastos judiciales se acumulan, y los servicers ya te han enviado más cartas que tu propio banco.
Zonas turísticas donde todo esto es una realidad
A continuación, te dejo las 10 poblaciones más turísticas de Tarragona y Girona, donde estos problemas con créditos, subastas y servicers son más comunes de lo que te imaginas:
Tarragona
- Salou
- Cambrils
- La Pineda
- Tarragona
- L’Ametlla de Mar
- L’Ampolla
- Altafulla
- Calafell
- El Vendrell
- Roda de Berà
Girona
- Lloret de Mar
- Tossa de Mar
- Platja d’Aro
- Cadaqués
- Roses
- Blanes
- Begur
- Palamós
- Sant Feliu de Guíxols
- L’Escala
Conclusión final
Si tienes un proindiviso o problemas hipotecarios y te sientes atrapado en medio de deudas, subastas y servicers, no esperes a que la cosa se ponga peor. Yo puedo ayudarte a estudiar tu caso y hacerte una oferta por tu proindiviso o encontrar una salida. Visítame en: