Una lección del emperador Qianlong: cuando incluso los palacios se desbordaban

Corría el siglo XVIII y el emperador Qianlong de la dinastía Qing estaba obsesionado con construir el imperio más grande y lujoso de Asia. Tanto, que llegó un punto en que su propio palacio, la Ciudad Prohibida, se le quedó pequeño. ¿La solución? ¡Construir más palacios! Así, el emperador empezó a ordenar nuevas residencias imperiales sin descanso, haciendo gala de una impresionante visión (y, quizá, algo de exceso). Pero, ¿adivina qué pasó? Pronto, los gastos se volvieron insostenibles, y los conflictos financieros comenzaron a asomar.

La historia no se queda tan lejos del auge inmobiliario que ha experimentado China en las últimas décadas. Como el emperador Qianlong, las ciudades chinas han pasado de modestas urbes a gigantescas metrópolis en muy poco tiempo, construyendo y construyendo hasta que el dragón del mercado empezó a inquietarse.

¿Querías datos, estadísticas y consejos? Vamos a adentrarnos en esta burbuja inmobiliaria china con la misma cautela que los ministros de Qianlong analizaban las cuentas reales.


1. China: un gigante inmobiliario con pies de barro

El sector inmobiliario en China representa un enorme porcentaje de su economía. Tanto es así, que el 30% del PIB chino está atado al ladrillo. Este dato, que parece una simple cifra, esconde un verdadero monstruo: si el sector inmobiliario chino estornuda, la economía global se resfría. ¿Y cómo llegamos hasta aquí?

  • Boom de urbanización: En 1980, solo el 19% de los chinos vivían en ciudades. Hoy, esa cifra supera el 60%, un cambio titánico en apenas 40 años. Y la demanda de vivienda en las ciudades creció tan rápido que los promotores empezaron a construir como si no hubiera mañana.
  • Política de “grandeza inmobiliaria”: El gobierno chino apoyó el crecimiento del sector a través de créditos baratos y políticas que incentivaban tanto a constructores como a compradores. Los ciudadanos, viendo que el precio de la vivienda no hacía más que subir, comenzaron a invertir todos sus ahorros en inmuebles.
  • Mercado descontrolado: Los precios de las propiedades se dispararon, y mientras los compradores seguían soñando con obtener beneficios, los promotores inmobiliarios y las ciudades crecían sin límites.

Dato curioso: Solo en 2021, en China se construyeron alrededor de 900 millones de metros cuadrados de vivienda, ¡una superficie que supera los 120.000 campos de fútbol!


2. La fiesta de la burbuja: cifras que marean

China no solo se ha embarcado en un ambicioso desarrollo urbano, sino que ha superado récords. Aquí van algunos números para entender el calibre del problema:

Indicador Valor Aproximado
Precio medio por m² en Shanghái $8,000 – $11,000
Crecimiento del sector (últimos 10 años) 300%
Inversión inmobiliaria como % del PIB 30%
Hipotecas sobre viviendas 85% del total de las propiedades
Proyectos “fantasma” Más de 50 millones de apartamentos vacíos

Al igual que el emperador Qianlong, las ciudades chinas empezaron a poblarse de edificios y rascacielos, algunos de los cuales jamás verán un ocupante.

3. “Ciudades fantasma”: cuando el ladrillo está pero la gente no

Si estás pensando en mudarte a una de estas nuevas megaciudades, piénsalo dos veces: China cuenta con más de 50 ciudades fantasma. Esto significa que hay miles de edificios completamente vacíos, listos para recibir a inquilinos que quizá nunca llegarán.

Ejemplos famosos de ciudades fantasma en China:

  • Ordos Kangbashi: Construida en medio del desierto de Mongolia Interior, esta ciudad tiene capacidad para albergar a un millón de personas. Actualmente, la habitan unas 150.000.
  • Tianducheng: Ubicada cerca de Shanghái, esta ciudad es famosa por su réplica de la Torre Eiffel… y su baja densidad de población.
  • Yujiapu: La “réplica” de Manhattan en la ciudad de Tianjin, diseñada para ser el nuevo centro financiero de China, permanece en su mayoría vacía.

4. Y entonces… ¿qué salió mal?

Podríamos resumirlo en pocas palabras: el exceso de confianza. Aquí algunos factores clave:

  • Financiación fácil y riesgo alto: Los bancos ofrecían créditos a promotores y a compradores sin exigir grandes garantías, lo que alentó la construcción desenfrenada.
  • Precios disparados: En ciudades como Shenzhen, el precio de un apartamento supera el salario de 40 años de un trabajador medio.
  • El fin de los incentivos del gobierno: Cuando el gobierno chino intentó poner límites, el sector ya estaba fuera de control. Las regulaciones llegaron tarde y los constructores comenzaron a caer.

Dato importante: En 2021, el gigante inmobiliario Evergrande acumuló más de 300.000 millones de dólares en deuda, convirtiéndose en el promotor más endeudado del mundo y en una pesadilla financiera para inversores y bancos.


5. Consecuencias en el ciudadano chino: ¿quién paga el pato?

El ciudadano medio chino, como cualquier inversor, depositó sus esperanzas (y ahorros) en que los precios de las propiedades subirían sin fin. Pero hoy, muchos se encuentran en una situación delicada: viviendas sobrevaloradas, hipotecas impagables y una economía que empieza a desacelerarse.

Algunas estadísticas reveladoras:

  • Incremento de la deuda familiar: Desde 2010, el nivel de deuda de los hogares ha crecido un 40%.
  • Ahorros en peligro: Casi el 75% de los activos de las familias chinas están ligados a bienes raíces.
  • Caída del precio de las viviendas: En ciudades menos demandadas, el precio de las propiedades ha disminuido en un 10-20% en los últimos dos años.

6. ¿Hay salida para el dragón inmobiliario?

China está en una encrucijada: el gobierno ha intentado rescatar a algunas empresas en problemas y crear incentivos para reducir el riesgo en el sector inmobiliario, pero se enfrenta a una dura realidad. Aquí algunas soluciones propuestas:

  • Fomento del alquiler: Están promoviendo el alquiler como alternativa a la compra, algo que nunca ha sido popular en China.
  • Reducción de la deuda de promotores: Al igual que el emperador Qianlong tuvo que dejar de construir palacios, el gobierno chino ha comenzado a limitar el crédito a las grandes promotoras.
  • Incentivar la ocupación de las “ciudades fantasma”: Con programas para abaratar el coste de la vivienda en zonas despobladas y atraer a familias.

Dato final para reflexionar: En algunas zonas, las propiedades han estado vacías por más de 10 años, y el mantenimiento de estos inmuebles cuesta millones de dólares anuales a las empresas.


Conclusión: Cuando el imperio de ladrillo se desmorona

Como el emperador Qianlong, que descubrió demasiado tarde que ni todos los palacios del mundo podían soportar la carga de un imperio en decadencia, China se enfrenta al reto de sostener su crecimiento. El problema del sector inmobiliario en China es una lección de humildad, de los riesgos de una economía de burbuja, y una advertencia para cualquiera que piense que el mercado siempre subirá.


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