Introducción: El arte de evitar lo inevitable
Cuando se trata de una ejecución hipotecaria, a veces la realidad parece demasiado dura como para enfrentarla. ¿Qué hace mucha gente? Se convierten en maestros del aplazamiento, sacando excusas tan creativas que podrían ganar un premio a la mejor evasión. No es que esté mal intentar tomarse un respiro ante una situación tan difícil, pero esperar demasiado o aferrarse a estas excusas podría costarte la casa.
En este artículo, vamos a revisar las excusas más ridículas y comunes que la gente utiliza para no actuar cuando la subasta de su casa está en el horizonte. Si alguna vez te has encontrado dando estas razones, no te preocupes, ¡todos hemos estado allí! Pero aquí te enseñaré por qué es vital que las dejes de lado y cómo actuar antes de que sea demasiado tarde.
Excusa #1: «Seguro que el banco no llegará hasta el final»
Esta es una de las excusas estrella. Muchas personas creen que su banco es una especie de gigante dormido que, por pura pereza o desinterés, nunca moverá realmente los hilos para subastar su casa. Spoiler alert: no es cierto.
El banco puede tardar, pero eventualmente llegará el día en que pondrán tu casa en subasta si no has hecho nada al respecto. El banco no es tu amigo, y aunque prefieren que pagues, si no lo haces, actuarán. Recuerda que ellos prefieren dinero en su cuenta a ser propietarios de tu casa.
Excusa #2: «Mi casa no vale lo suficiente para que se la queden»
Esta es otra justificación clásica. Muchas personas piensan que si la casa tiene un valor bajo, el banco ni se molestará en subastarla. Error. Incluso si tu casa no es una mansión, el banco puede y querrá subastarla para recuperar al menos parte del dinero que les debes. Además, si el precio de la subasta no cubre el total de la deuda, seguirás debiendo el resto.
Piensa en ello: si te dijeran que podrías evitar problemas futuros simplemente actuando ahora, ¿no lo harías? Es hora de abandonar esta excusa y empezar a moverte.
Excusa #3: «Ya veré qué hago, aún falta mucho»
Este es el clásico de los clásicos. El rey de las excusas. La mentalidad de «dejo para mañana lo que puedo hacer hoy» es la mejor manera de tropezar directamente con una subasta.
La realidad es que, aunque pienses que tienes tiempo de sobra, el reloj está corriendo. La ejecución hipotecaria es un proceso largo, pero cuando llegas a la fase final, ya no hay margen de maniobra. No esperes a que te llegue la notificación de la subasta para empezar a actuar. El mejor momento para tomar acción es cuando aún tienes opciones sobre la mesa.
Excusa #4: «Conozco a alguien que retrasó la subasta años, yo también podré»
A todos nos gusta pensar que podemos burlar el sistema, pero no todo el mundo tiene la misma suerte (ni las mismas habilidades). Cada caso es diferente, y lo que funcionó para esa persona que conoces puede no funcionarte a ti.
Los procedimientos judiciales varían y dependen de múltiples factores. Mientras te aferras a esa historia de «conozco a un tipo que logró evitar la subasta por 5 años», tú podrías estar firmando tu propia sentencia hipotecaria. Lo que necesitas no es ganar tiempo, sino una solución real.
Excusa #5: «Es que no tengo tiempo ahora»
¿De verdad no tienes tiempo para resolver un problema que podría costarte tu casa? Esta es una de las excusas más peligrosas, porque tiende a combinarse con todas las demás.
La realidad es que, si de verdad te preocupa tu situación financiera, hacer tiempo es esencial. Ya sea que tengas que reorganizar tu día, buscar asesoramiento o contactar con el banco, cuanto antes lo hagas, mejor. Esperar solo empeorará la situación.
Excusa #6: «Lo consultaré con mi cuñado, él sabe de esto»
Todos tenemos a ese familiar o amigo que parece ser una enciclopedia financiera andante. Pero, aunque tu cuñado sea experto en leer noticias de economía, la ejecución hipotecaria es un tema serio que necesita una estrategia concreta, basada en tu situación.
No necesitas consejos de pasillo, necesitas actuar con información sólida y con expertos que conozcan las opciones legales y financieras. La decisión de esperar a la sabiduría de «cuñado-man» podría costarte la casa.
Excusa #7: «Es que vender mi parte del proindiviso es complicado»
Si estás en un proindiviso, es común escuchar esta excusa: «Es que es muy difícil vender mi parte». Sí, puede que no sea lo más sencillo, pero es mucho más complicado dejar que todo llegue a una subasta. Si no puedes asumir las deudas, es mejor buscar un comprador para tu parte del proindiviso que esperar a que el martillo de la subasta caiga.
Excusa #8: «Voy a rezar para que pase algo»
No queremos quitarle méritos a la fe, pero rezar no suele detener subastas. Claro, rezar puede darte paz mental, pero cuando se trata de subastas, el truco está en tomar acción.
Excusa #9: «Todo el mundo está en la misma situación, el banco no va a hacer nada»
¡Mentira! Aunque haya otras personas en la misma situación, el banco sí hará algo. No porque todo el mundo esté pasando por un mal momento significa que las ejecuciones se detendrán. Las deudas no desaparecen mágicamente porque hay muchos afectados.
Excusa #10: «Estoy esperando a que me toque la lotería»
Ah, la clásica de las clásicas. Y aunque todos soñamos con un boleto ganador, confiar en la lotería como plan de acción es, digamos, bastante optimista. Mejor, tomemos decisiones reales y comencemos a negociar o a vender lo antes posible.
Conclusión: Deja las excusas y actúa ya
Ahora que has leído todas estas excusas, espero que te hayas reído un poco, pero también que hayas tomado nota. Si te has identificado con alguna, no te preocupes, lo importante es que sepas que nunca es tarde para actuar. Recuerda que, si llegas al punto en que no puedes más con tu deuda, vender antes de la subasta siempre será mejor que dejar que el banco tome el control.
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Si te encuentras en una situación de ejecución hipotecaria, o si necesitas ayuda con un proindiviso o hipoteca impagada, puedo ayudarte. No esperes hasta el último momento. Contacta conmigo y juntos encontraremos la mejor solución.
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