Si alguna vez te has topado con la palabra proindiviso, es probable que hayas sentido un ligero mareo. Tranquilo, no estás solo. Muchos hemos pasado por ahí. Los proindivisos son como ese tío lejano del que solo oyes hablar en reuniones familiares, pero nunca terminas de entender quién es o qué hace. Adéntrate en la guía definitiva para la compraventa de proindivisos.

¿Qué es un proindiviso? (Y por qué deberías importarte)
Un proindiviso, en términos sencillos, es una propiedad que pertenece a varias personas. Cada propietario tiene una parte, pero ninguno puede señalar con el dedo y decir: «¡Esto es mío!» Es como compartir una pizza con amigos, pero sin poder decidir quién se queda con el último trozo. Esto suele pasar en herencias, cuando varios familiares heredan un inmueble y, de repente, todos son co-propietarios… aunque no todos quieran serlo.
Vender proindivisos: ¿Misión imposible?
Bueno, vender un proindiviso no es exactamente como vender una bicicleta en Wallapop. Aquí entran en juego muchas reglas y requisitos, y es fácil sentirse atrapado en una maraña legal. Pero no te preocupes, hay luz al final del túnel (y no, no es el tren).
- 1. Encuentra un comprador valiente
No todos los días se encuentra alguien dispuesto a comprar solo una porción de una casa. Es como vender una mitad de bocadillo. Pero, sorprendentemente, hay inversores y empresas especializadas que buscan este tipo de oportunidades.
- 2. Negocia con los otros propietarios
Si tienes la suerte de que todos los co-propietarios estén de acuerdo en vender, ¡felicidades! Esto facilita mucho las cosas. Pero si no es así, tendrás que negociar. Recuerda que la diplomacia es clave… o simplemente una buena oferta.
- 3. El papelito (bueno, muchos papelitos)
No olvides que necesitarás un buen notario y asesoramiento legal para que todo esté en regla. Si pensabas que comprar una casa era complicado, vender un proindiviso es como un nivel avanzado.
¿Y si no puedo vender? ¡Plan B!
Si vender no es una opción viable, siempre puedes intentar una división de la cosa común. Es como cortar la pizza y repartir los trozos, aunque en este caso, puede implicar una reforma o subdivisión del inmueble, si es posible. Pero, eh, al menos todos se llevan su trozo (¡o casi!).
Conclusión: ¿Debería vender mi proindiviso?
Si te has cansado de compartir y solo quieres que te dejen en paz, vender tu proindiviso puede ser una buena opción. Sin embargo, es importante que te asesores bien y tengas paciencia, ya que la compraventa de proindivisos no es sencilla. Recuerda, no es imposible, solo un poco más complicado que vender una casa entera. Y, quién sabe, con un poco de suerte y las palabras correctas, podrías encontrar al comprador perfecto para tu parte de la «pizza».
JUANCARLOS@SALIRDELFONDO.ES