Entras en una habitación diminuta, con una cama a un lado y una cocina improvisada al otro. El techo parece estar a punto de derrumbarse y la ventana, más pequeña que la pantalla de tu móvil, apenas deja pasar la luz. Esto, amigos, es lo que se conoce como infravivienda.

Pero, ¿qué significa realmente este término? ¿Cuándo una vivienda deja de ser «digna» para convertirse en un agujero en el que apenas puedes sobrevivir? En este artículo, vamos a desgranar qué se considera hoy en día una infravivienda, la evolución de lo que los españoles hemos llamado «casa» a lo largo del último siglo y hacia dónde nos dirigimos en un futuro que parece cada vez más distópico.


¿Qué es una infravivienda?

En términos sencillos, una infravivienda es una vivienda que no cumple con las condiciones mínimas de habitabilidad. Suena obvio, pero el diablo está en los detalles: la infravivienda puede ser un espacio con menos metros cuadrados que tu trastero, sin acceso a agua corriente o electricidad, o donde simplemente la ventilación y la iluminación natural son tan escasas que vivir ahí se convierte en una tortura medieval.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una vivienda digna debe cumplir con ciertos criterios básicos:

  1. Acceso a servicios esenciales: agua potable, electricidad, saneamiento adecuado.
  2. Espacio suficiente: no puede ser una caja de cerillas. La OMS establece que cada persona debe tener al menos 12 metros cuadrados para moverse y vivir con dignidad.
  3. Condiciones de seguridad: nada de techos que se caen, humedades en las paredes o instalaciones eléctricas del siglo pasado.
  4. Condiciones de salubridad: debe permitir una ventilación adecuada y estar libre de plagas (adiós a las cucarachas y ratas).

En España, este tipo de viviendas, aunque suene increíble, existen en pleno siglo XXI. Es más, el 21% de los hogares en España tiene algún tipo de deficiencia estructural o de servicios básicos.


¿Cuándo una vivienda se convierte en infravivienda?

Puede que pienses que una infravivienda es algo que solo ocurre en barrios marginales o zonas rurales olvidadas, pero no. El problema está mucho más extendido de lo que creemos.

La diferencia clave está en la habitabilidad mínima. Esto incluye:

  • Metros cuadrados: Una vivienda digna debería tener, al menos, 45 m² para una persona sola y 70 m² para una familia. ¿Sabías que el tamaño medio de una vivienda en España ha disminuido notablemente en las últimas décadas? En los años 70, una casa nueva media tenía unos 90 m², pero en 2020, esa cifra ha caído a 70 m².
  • Distribución de los espacios: Tener una sola habitación para todo (cocinar, dormir y socializar) ya es un indicio de que algo no va bien. Las cocinas sin ventilación o las bañeras en el pasillo ya entran en el terreno de lo surrealista.
  • Condiciones de salubridad: Si las humedades de la pared te dan más frío que el invierno en Burgos, estamos hablando de una infravivienda. Lo mismo ocurre con la ventilación nula que te deja sudando en verano y helado en invierno.

La evolución de la vivienda en España: de casas enormes a ratoneras modernas

Echemos un vistazo al pasado. Hace solo un siglo, las viviendas en España eran mucho más grandes y acogedoras… o eso parecía.

Años 1900-1950: Grandes casas para grandes familias

En el siglo pasado, la mayoría de los hogares eran multigeneracionales. Abuelos, padres e hijos vivían juntos en casas grandes (aunque compartidas por varias generaciones). El espacio no era un problema; el problema era la falta de servicios básicos. En las zonas rurales, muchas casas ni siquiera tenían baños interiores hasta bien entrada la década de los 50.

Años 1960-1980: La era del boom inmobiliario

El desarrollismo trajo consigo una explosión de viviendas en las grandes ciudades. Aparecieron los primeros pisos en bloque, y aunque eran pequeños, las familias de la clase media los recibían con los brazos abiertos. Se construía rápido, barato y sin pensar mucho en la calidad. Resultado: viviendas funcionales pero mal diseñadas. Aquí es donde comienzan a verse los primeros ejemplos de infraviviendas en las grandes ciudades.

Años 1990-2000: Los excesos de la burbuja inmobiliaria

Con la llegada del nuevo milenio, España vivió su famoso boom inmobiliario. Comprar casas se convirtió en el pasatiempo favorito de los españoles, y con ello, la vivienda media creció. Las casas nuevas tenían más de 100 metros cuadrados, terrazas y hasta piscinas comunitarias.

Pero claro, todo lo que sube, baja.

Años 2010 en adelante: Volvemos al tamaño reducido

Tras la crisis de 2008, la construcción cambió radicalmente. Hoy en día, las viviendas tienden a ser más pequeñas, y en muchos casos, mucho más caras. Los apartamentos nuevos apenas llegan a los 60-70 metros cuadrados. Se acabaron los lujos del pasado, y el espacio empieza a ser un bien cada vez más escaso.


¿Cómo es la vivienda media en España hoy en día?

Para que te hagas una idea, en 2023, el tamaño medio de una vivienda en España es de 97 m², pero las casas nuevas rara vez superan los 70 m². Esto significa que muchos españoles están viviendo en espacios cada vez más reducidos, pagando mucho más que hace una década.

Algunos datos jugosos:

  • El 14% de los españoles vive en pisos de menos de 60 metros cuadrados.
  • Las casas en Madrid y Barcelona han perdido de media 10 metros cuadrados en las últimas dos décadas.
  • En 2022, el precio del metro cuadrado en las ciudades más grandes fue de aproximadamente 3.500 €. En zonas más exclusivas, como Madrid Centro o Barcelona Eixample, puede superar los 6.000 € por metro cuadrado.

¿Qué debe tener una vivienda digna hoy en día?

La respuesta puede variar dependiendo de a quién le preguntes. Para algunos, una vivienda digna es aquella que tiene una buena conexión WiFi y suficiente espacio para un par de gatos. Para otros, es tener un balcón con vistas al parque y una cocina espaciosa donde hacer la cena de Navidad.

Pero, si nos basamos en lo que dicen las leyes y los organismos internacionales, una vivienda digna debe cumplir con estos requisitos mínimos:

  • Superficie útil suficiente: al menos 45 m² para una persona sola, más metros si hay más gente viviendo allí.
  • Acceso a servicios básicos: Agua corriente, electricidad, gas y acceso a un baño.
  • Ventilación y luz natural: No se puede vivir en una caja sin ventanas.
  • Seguridad estructural: Nada de techos cayéndose ni paredes con moho.

El futuro distópico de la vivienda en España: ¿viviremos en cápsulas?

Y ahora, agárrate, porque aquí viene el toque distópico. Si la tendencia actual continúa, es probable que en un futuro cercano muchos de nosotros acabemos viviendo en algo que parecerá más una cápsula que una vivienda.

¿Te imaginas viviendo en un piso de 30 m², compartido con otros tres compañeros de piso, con una cocina común que parece sacada de una película de ciencia ficción de los 80? Bueno, pues esa podría ser la realidad en 2050 si no se hacen cambios en el mercado inmobiliario.

Ya estamos viendo esto en grandes ciudades como Tokio, donde las viviendas-cápsula, de menos de 10 m², son la única opción para muchos trabajadores. En lugares como Hong Kong, la gente está alquilando camas dentro de habitaciones compartidas. ¿Será ese el futuro de España?


Conclusión: La infravivienda, un problema que no podemos ignorar

En resumen, una infravivienda es más que un espacio pequeño o mal mantenido. Es un reflejo de los problemas estructurales que enfrentamos en España: precios altos, falta de espacio y una calidad de vida que disminuye. Si no actuamos pronto, podríamos estar ante un futuro distópico donde vivir en una cápsula sea la norma.


Pie de servicios

Si te enfrentas a problemas con tu hipoteca impagada o un proindiviso, puedo ayudarte a encontrar una solución. No dejes que tu vivienda se convierta en una pesadilla. Consulta mis servicios aquí:
https://salirdelfondo.es/contacto/

Más sobre mí:
https://salirdelfondo.es/sobre-mi/