La Costa Brava es sin duda uno de los destinos turísticos más atractivos de España. Sus playas paradisíacas, pueblos pintorescos y su mezcla de lujo y naturaleza la hacen ideal para quienes buscan comprar una segunda residencia. Sin embargo, la vida inmobiliaria en esta zona no siempre es sol, mar y tranquilidad. En las subastas judiciales de la Costa Brava, las historias más insólitas y surrealistas han salido a la luz. En este artículo te contamos las anécdotas más extrañas de subastas de inmuebles en este codiciado rincón del Mediterráneo, con un toque de humor y algunas cifras curiosas que te sorprenderán.
1. El castillo que nadie quería… excepto un empresario ruso
Una de las historias más sonadas en las subastas de la Costa Brava fue la de un pequeño castillo en ruinas cerca de Tossa de Mar. El castillo, construido en el siglo XVIII, había sido abandonado y estaba en condiciones deplorables. Los rumores de que estaba embrujado y las extrañas luces que los vecinos aseguraban ver por las noches no ayudaron a atraer a muchos compradores. Durante años, el castillo estuvo en subasta sin que nadie ofreciera ni un euro.
Hasta que un día, un empresario ruso que visitaba la Costa Brava para un evento de lujo se topó con el anuncio de la subasta. Decidió pujar sin siquiera haber visto el castillo en persona, motivado por el romanticismo de la idea de comprar un castillo en la costa española. Para sorpresa de todos, ganó la subasta por solo 100.000 euros, ¡y ni siquiera sabía que el castillo no tenía luz, agua ni acceso decente por carretera! Eso sí, al día de hoy, sigue en pie con reformas interminables.
2. La subasta más disputada: un parking en Lloret de Mar
Lloret de Mar es conocido por su vida nocturna, pero también por ser un lugar donde estacionar es un verdadero desafío. Un terreno que había sido confiscado a un promotor inmobiliario acabó en subasta, y no era ni un lujoso chalet ni un terreno frente al mar… ¡era un pequeño aparcamiento!
Los asistentes pensaron que la subasta sería rápida, pero la sorpresa fue que los pujadores empezaron a pelearse por cada euro. ¿La razón? Los aparcamientos en Lloret de Mar son escasos y extremadamente valorados, sobre todo en zonas céntricas donde las plazas de parking pueden valer tanto como un piso pequeño. Al final, el terreno se vendió por 500.000 euros, más del doble de lo esperado, y se convirtió en un aparcamiento privado.
Estadística divertida:
En algunas zonas de la Costa Brava, las plazas de aparcamiento han llegado a costar hasta 30.000 euros, y en los lugares más turísticos como Lloret de Mar o Cadaqués, pueden valer más que una pequeña vivienda en otros lugares de España.
3. La casa del ermitaño con sótano sorpresa en Begur
La Costa Brava también ha sido el escenario de algunas subastas donde las propiedades subastadas guardaban secretos que ni el propio juez conocía. Un caso especialmente extraño ocurrió en Begur, cuando una pequeña casa en lo alto de una colina salió a subasta.
La casa había pertenecido a un ermitaño que vivió en la zona durante décadas, y todo el mundo asumía que era una simple cabaña. Lo que nadie esperaba es que la casa tenía un sótano enorme que el dueño había construido durante años, lleno de reliquias y objetos extraños, incluyendo muebles del siglo XIX y arte religioso. El comprador, que había ganado la subasta por un precio módico de 150.000 euros, no sabía si estar emocionado o aterrado por su descubrimiento.
4. El chalet de lujo vendido por 1 euro… con truco
Uno de los titulares más escandalosos que salió de las subastas en la Costa Brava fue sobre un lujoso chalet en Platja d’Aro que fue adjudicado por… ¡1 euro! Pero claro, como todo lo que suena demasiado bueno para ser verdad, había truco. El chalet estaba en perfecto estado, con piscina infinita, vistas al mar y acceso directo a la playa, pero estaba embargado con una deuda hipotecaria de 3 millones de euros.
El comprador, que al principio pensaba que había hecho el negocio del siglo, pronto se dio cuenta de que su “ganga” venía con una gran factura adjunta. Afortunadamente, pudo llegar a un acuerdo con el banco para refinanciar la deuda, aunque nunca se supo si fue felizmente jamás a su piscina infinita.
Dato curioso:
En 2023, un 20% de las propiedades subastadas en España incluían deudas mayores que el valor del propio inmueble, lo que demuestra que a veces lo barato puede salir caro.
5. El comprador despistado en Cadaqués: Un piso que resultó ser un local comercial
No todo en las subastas es lujo y secretos. En la pintoresca localidad de Cadaqués, famosa por ser el hogar de Salvador Dalí, tuvo lugar una de las historias más divertidas de las subastas inmobiliarias. Un comprador se hizo con un piso por un precio relativamente bajo, pensando que había adquirido una joya en la zona más exclusiva del pueblo.
El problema surgió cuando, al visitar su nuevo «piso», descubrió que lo que realmente había comprado era un pequeño local comercial que estaba en los bajos del edificio. Al parecer, el error se debió a la confusa descripción en el expediente de la subasta, y el comprador no tuvo más remedio que convertirse en comerciante… vendiendo souvenirs a los turistas que visitaban Cadaqués.
6. El hotel fantasma de Roses: Puja sin dueño a la vista
Roses es otro de los destinos turísticos por excelencia en la Costa Brava, conocido por sus playas y su castillo medieval. Un hotel a medio construir salió a subasta en 2019, y las expectativas eran altas. Pero, sorprendentemente, el hotel, que estaba valorado en más de 3 millones de euros, no atrajo a ningún pujador.
¿La razón? El hotel estaba envuelto en una compleja trama de propiedad con varios dueños internacionales, y la mitad del edificio no tenía los permisos en regla. Años después, el hotel sigue siendo un esqueleto de lo que pudo haber sido, y cada verano los turistas se preguntan qué demonios pasó allí.
7. La villa que era una obra de arte… literalmente
La Costa Brava ha sido hogar de artistas famosos, y en una subasta en Palafrugell, una villa que perteneció a un escultor local salió a subasta tras el fallecimiento de su propietario. Lo que los pujadores no sabían es que la casa en sí misma era una obra de arte: cada pared, cada mueble y cada rincón estaban llenos de esculturas y piezas de arte integradas en la estructura.
El nuevo dueño, que había comprado la casa con la intención de derribarla y construir un moderno chalet, terminó por conservar la obra del artista, transformando la propiedad en una galería-museo que hoy recibe visitantes.
Conclusión: Historias que hacen de las subastas un mundo fascinante
Las subastas en la Costa Brava no solo ofrecen la posibilidad de adquirir propiedades en uno de los lugares más codiciados de España, sino que también dan pie a historias insólitas, desde castillos embrujados hasta chalets que parecen ofertas de ensueño (pero con truco). Si algo queda claro, es que nunca sabes lo que te vas a encontrar en una subasta, y lo más prudente es investigar bien antes de levantar la mano con entusiasmo.
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