¡Sorpresa! Ahora comprar un piso en Cataluña puede salirte por un ojo de la cara (y parte del otro)

Si pensabas que comprar un inmueble en Cataluña ya era lo suficientemente complicado entre impuestos, burocracia y la posibilidad de que alguien ya lo haya okupado antes de que firmes la escritura, agárrate porque vienen curvas. La Generalitat ha decidido que, si eres un «gran tenedor», ahora te tocará pagar un 20% de ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales). Sí, has leído bien: un 20%, una de las cifras más altas de toda Europa. Y, claro, esto trae consecuencias para todos, no solo para los llamados «ricos malvados».

¿Qué es un gran tenedor y por qué ahora parece un villano de película?

Primero, definamos el concepto de «gran tenedor». La ley dice que lo es quien tenga más de 10 viviendas (¡o 5 en zonas tensionadas), aunque si los políticos siguen tirando del hilo, en breve podría ser cualquiera que tenga una plaza de garaje y un trastero. La idea detrás de esta medida es clara: se les sube el ITP a los malvados acaparadores de pisos para que haya más oferta de alquiler y los precios bajen. Suena bonito, ¿verdad? Lástima que la realidad funcione justo al revés.

Cuando castigar a los «grandes» deja KO a los «pequeños»

El problema con este tipo de medidas es que no funcionan en el mundo real. Veamos cómo afecta este hachazo fiscal:

  • Los grandes tenedores dejan de comprar. Si el ITP se dispara, los inversores se lo pensarán dos veces antes de comprar inmuebles. Esto reduce la oferta de viviendas en alquiler, que es justo lo contrario de lo que se pretende.
  • Menos inversión, menos rehabilitación. Muchos de estos grandes propietarios se encargaban de comprar edificios antiguos, reformarlos y ponerlos en alquiler. Ahora, con este coste extra, mejor dejan las casas como están.
  • Subida de precios para los inquilinos. Si los inversores ven que cada operación les cuesta un 20% más de entrada, trasladarán ese sobrecoste a las rentas. Así que si pensabas que esta medida te ayudaría como inquilino, la realidad es que terminarás pagando más.
  • Los fondos de inversión internacionales se van a otros países. A nadie le gusta pagar más impuestos porque sí. Resultado: los grandes capitales huyen de Cataluña y buscan mercados más amigables.

La fiesta de la okupación sigue en marcha (y con barra libre)

Como si no fuera suficiente con este golpe fiscal, las políticas de vivienda en Cataluña llevan años dando alas a la okupación. Esto genera un efecto dominó desastroso:

  • Inseguridad jurídica: Si un propietario sabe que desalojar a un okupa le puede llevar años de juicios y dinero en abogados, lo más probable es que prefiera no alquilar su vivienda.
  • Barrios degradados: La okupación masiva ha convertido algunas zonas en lugares donde nadie quiere invertir. Negocios cierran, la delincuencia aumenta y el valor de las propiedades se hunde.
  • Turismo en retirada: Quién querría venir de vacaciones a una ciudad donde los okupas tienen más derechos que los propietarios? Barcelona, que solía ser una joya turística, está viendo cómo se reduce su atractivo por culpa de esta situación.

Políticas intervencionistas: cuando la ideología choca con la realidad

El problema de fondo es que la Generalitat y el Gobierno central siguen aplicando políticas intervencionistas que no funcionan en el mercado real. Subir impuestos a los «ricos» suena bien en un mitin, pero en la práctica lo único que consiguen es espantar a los inversores y perjudicar a la gente de a pie.

Ejemplos de intervencionismo fallido:

  • El control de alquileres: Se ha aplicado en ciudades como Berlín y París, y los resultados han sido un desastre: menos oferta y precios más altos.
  • Expropiación de viviendas vacías: Amenazar a los propietarios solo hace que vendan rápido o saquen sus pisos del mercado.
  • Regulaciones absurdas para los pisos turísticos: En vez de controlar el problema con medidas sensatas, se imponen trabas y prohibiciones que solo benefician a los hoteles.

¿Y qué nos espera a corto plazo?

Si la Generalitat sigue en esta línea, lo que vendrá será más de lo mismo, pero peor:

  • Menos vivienda en alquiler y precios todavía más altos.
  • Fuga de inversores y capital a otras comunidades con políticas más racionales.
  • Un aumento en la okupación y la inseguridad.
  • Cataluña perdiendo atractivo frente a otras zonas de España más amigables con la inversión.

Conclusión: el remedio es peor que la enfermedad

Cuando los políticos deciden jugar a ser Robin Hood, normalmente el que termina pagando la fiesta eres tú. Subir el ITP al 20% para «castigar» a los grandes tenedores no hará que haya más pisos disponibles ni que bajen los alquileres. Al contrario, hará que haya menos oferta y que los precios sigan subiendo. Y mientras tanto, los okupas seguirán campando a sus anchas.

Si quieres invertir en vivienda, hazlo con cabeza. Y si te has metido en un problema con una propiedad, yo puedo ayudarte.

¡Oye, que yo te puedo ayudar!

Soy Juan Carlos Calvo, especialista en la venta de proindivisos y mediación en casos de impago hipotecario y embargos sobre inmuebles. Si necesitas asesoramiento, entra en Salirdelfondo.es y hablamos.